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miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Entienden?


Hace 3 días que volví a Chile desde San Luis, luego de haber pasado un maravilloso fin de semana junto a mi maestro Néstor Iscovi, la verdad es que necesitaba mucho esos momentos y las sabias palabras y shinden de mi profesor.
Fue un viaje bastante revelador en muchos aspectos, ya que hoy comienzo a sacar de a poco cosas en limpio que estoy seguro seguirán emanando de esta experiencia por mucho tiempo. Lo primero es sentirme orgulloso de mi profesor, de su sencillez y visión de la vida que nos transmite a través del Budo y cómo nos recuerda que las técnicas son sólo pretextos para sacar lo mejor de lo nuestro. Segundo es ver a mi alumno Eduardo fluyendo dentro de todo este viaje, en cada instante adaptando su ser a las circunstancias... en realidad ha crecido!, espero de corazón que lo siga haciendo en cada paso del Budo. Lo tercero es algo muy importante que deseo compartir, es haber recibido importantes lecciones de Néstor, que partiendo por un simple abrazo hasta un Shomen Kiri en medio de mi cabeza, (que han calado hondo en mi corazón y sentidos) me hacen ver que queda mucho por recorrer y a la vez sentirme feliz por ese trayecto a descubrir.

De que pasan cosas raras en Bujinkan... pasan!, son hechos que muchas veces no somos capaces de captar a primera instancia (ni a segunda o tercera), pero cuando nos hace click se tornan significativos para nuestra comprensión. Mientras entrenábamos en la naturaleza con mi Buyu "Tano" de Mendoza, una mariposa pasó entre nosotros, luego de revolotear a nuestro lado por unos segundos, al poco tiempo Néstor nos explica el "envío" (como llama Sensei al Kiri de katana con real intensión) con un ejemplo de Muto Dori donde quién tratará de volverse "nada" ante el ataque seré yo. Este ejercicio lo realizamos muchas veces en el dojo o en nuestras prácticas, pero el "envío" lo hace absolutamente diferente, al punto que se me hizo imposible salir de él, una, dos, tres, cuatro... la verdad ya ni recuerdo la cantidad de golpes que recibí en men, la verdad no entendía que pasaba, el tiempo no pasaba, todo era blanco, apenas me movía intentando ser nada, hasta que el "envío" terminó. Bien decía mi maestro, esos golpes no duelen mucho fisicamente, más duele en nuestro ego y también en nuestro espíritu... creo que este último fue el que se removió con más fuerza, nunca pensé que dirán, ni menos en el dolor físico... sino al contrario, en ese instante dejé de pensar y comencé a sentir, sólo eso, sentir. Algo dentro de mi se liberó, aún no sé que es, pero me hace sentir muy feliz, más liviano, más pequeño, algo así como para comenzar a crecer desde ahí, en fin, aún no puedo descifrar nada.

Luego de cada técnica mostrada Néstor nos pregunta: ¿entienden?, la verdad no... ¡siento!


Hoy, mientras cae en mis manos un libro del Shihan Christian Petroccello, abro al azar un capítulo titulado Cho (mariposa en japonés), donde hace referencia entre otras cosas a la mutación de gusano que cree morir a mariposa que expande sus alas en un acto liberador y lleno de felicidad. ¿Les parece conocida la analogía a algo que leyeron párrafos antes?, a mí sí. Esto me enseña a mirar con otros ojos las situaciones, a ver entre líneas lo que sucede, a darme cuenta que los regalos entregados van más allá de lo que veo, son situaciones que generan sentimientos que activan en lo más profundo a nuestro ser hacia caminos nuevos, abriendo puertas que ni siquiera sé que existen.


Hoy siento que algo nace en mí y quiere volar feliz para poder compartir su alegría con su entorno.

Buen entrenamiento!

1 comentario:

Sanshin Dojo dijo...

Muy buen articulo pamper. Leo y veo la expresión de tu corazón en estas líneas.
Felicidades y un gran abrazo !!

Cristian